GENEROSIDAD
Dios nos pide que devolvamos un diezmo y que seamos generosos al dar una ofrenda. Hacerlo es reconocer a Dios como el Dueño de toda la creación. Esta no es una transacción financiera, sino una expresión de fe y una cuestión de simple honestidad y fidelidad. Dios lo diseñó para que fuera una bendición para nosotros y para los demás. El diezmo es fundamental para su obra y nuestra participación lo convierte en la mayor fuente para la misión de Dios de alcanzar a todos.
"¿Robará el hombre a Dios? ¡Pues ustedes me han robado! Pero dicen: ‘¿En qué te hemos robado?’. ¡En los diezmos y en las ofrendas! Malditos son con maldición porque ustedes, la nación entera, me han robado.
“Traigan todo el diezmo al tesoro y haya alimento en mi casa. Pruébenme en esto, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde." - Malaquias 3:8-10.